Comenzaba la segunda mitad del encuentro que enfrentó a Real Madrid y Leipzig en el Santiago Bernabéu y Carlo Ancelotti mandaba a calentar a cinco jugadores. Entre ellos a un Marco Asensio que en último día en casa terminó haciendo visible su enfado por no jugar. No están siendo meses sencillos para el balear, que pasada la hora de partido recibía la llamada del banquillo. Él iba a ser el primer cambio. El campeón de Europa empataba a cero ante los alemanes y Carletto decidía que con él iba a comenzar a cimentarse la victoria. En el minuto 64 entraba al terreno de juego sustituyendo a Camavinga y parte de la que es su afición le recibía con pitos.
La situación de Asensio en el Real Madrid no es nada fácil. En verano se quiso marchar y no le gustó ninguna oferta. Luego, cuando se quiso quedar, fue el club el que le abrió la puerta. En definitiva, semanas complejas que han seguido con un arranque de temporada en el que tan sólo ha jugado ratos. Siete minutos ante el Celta y 10 ante el Celtic era lo que había participado hasta el momento. Poco tiempo para demostrar algo. Por ello, los 26’ que disputó contra el Leipzig han sido muy importantes. Quién sabe si un antes y un después.
Piso el verde en medio de la bronca y su primera acción ofensiva la concluyó picando un balón que se marchó alto. Más murmullo en el Bernabéu. Parecía que esta iba a ser otra noche para olvidar más, pero entonces en el minuto 91 recogía un balón cedido por Kroos en la frontal, apuntaba y lanzaba un misil que echaba el cerrojo al encuentro. De primeras y con la izquierda, una pierna que vale millones para el mallorquín, Asensio hacía un gol que seguro le dará confianza y que le permitió cambiar los pitos por los aplausos.
Sin grandes alegrías lo celebró. Daba la sensación de que estaban más felices sus compañeros que el propio Asensio, aunque por dentro seguro que llevaba la alegría. Tras el partido, el propio Ancelotti reconocía lo importante que es este gol para un jugador que está llamado a ser clave en la plantilla, aunque tendrá que seguir peleando mucho.